Ajedrez
El otro día presencié una curiosa escena.
Una pareja, él y ella, estaban jugando al ajedrez, aparentemente muy concentrados los dos.
Después de unos quince minutos, de repente ella pregunta:
- ¿La torre puede mover en diagonal?
¡Repámpanos!
Impresiones de un hombre perplejo
El otro día presencié una curiosa escena.
No puedo resistirme a poner este vídeo.
Me ha hecho mucha gracia este listado de reglas masculinas, que toda mujer debería tener siempre presente. Las más divertidas:
A veces oigo la expresión "niña" entre dos mujeres que hablan de una tercera. Curiosamente, casi siempre que la oigo es entre pijas.
Tenía muchas ganas de leer algún libro de James Ellroy, pero nunca me había puesto con ninguno. Ahora acabo de terminar Jazz blanco, uno de los cuatro volúmenes que forman “El cuarteto de Los Angeles”.
Cualquiera que haya conocido el centro de Madrid en los últimos quince años sabrá del cambio brutal que ha vivido la calle Fuencarral, sobre todo en el tramo desde Gran Vía a Tribunal. De calle plagada de comercios decadentes, locales destartalados y baretos mugrientos ha pasado a ser el centro de los modernillos madrileños. Todas las marcas, de ropa, de calzado, de complementos (qué ridícula expresión, “complementos”… ¿Complemento de qué?), se dan de codazos por montar un local allí. Si no estás en Fuencarral, es que no eres moderno.
Cuando hago un zapping en busca de algo potable en la tele, sigo una regla básica y elemental: hago un barrido relámpago por todos los canales, y una vez comparada la oferta, elijo. Luego cambiaré de canal más o menos veces, pero siempre empiezo con ese sencillo mandamiento.
Comiendo en un restaurante de menú del día, escucho una conversación entre la dueña del local y una clienta, que se quejan del abandono al que las tienen sometidas sus hijos. Dice la clienta:
En verano, me encantan las mujeres chupa-chups: esas que tienen las piernas muy finas y el culo redondito como un melocotón.
Hay un gesto que es la antítesis de la miradita; llamémosle la no-miradita.