junio 08, 2007

Diálogo de madres

Comiendo en un restaurante de menú del día, escucho una conversación entre la dueña del local y una clienta, que se quejan del abandono al que las tienen sometidas sus hijos. Dice la clienta:

- Si por lo menos me llamara para decirme “Hola, estoy bien”. No pido más. Sólo con eso me alegra el día.

Pienso en que hay muchos días, a veces una semana entera, en que no le digo ni eso a mi madre, y no puedo evitar sentirme culpable.

Maldita sea.

Señora: sepa que me ha estropeado la comida.