¿Qué tendrá el éxito?
En el blog que escribió Javier Pérez de Albéniz durante la última gira de Bruce Springsteen en España, me encontré con esta frase:
“El que toca en banjo subió a dos chicas a su habitación.”
Se refiere al que toca el banjo en
Imagino que las dos tías que el Litz se subió a la habitación lo que querían era ver a Bruce. Bueno, lo que realmente querrían sería que Bruce las subiera a ellas a su habitación, pero claro, eso es algo inaccesible para los mortales. Así que verían por allí al Greg y se conformarían con alguien que puede mostrar salpicaduras del sudor de Bruce sobre su ropa. Más que suficiente.
Lo que verdaderamente me sorprende en todo esto es la atracción que los creadores parecen ejercer sobre las mujeres, sea cual sea el campo artístico en que militan. Y no me refiero sólo a las superestrellas del rock. Modestamente, puedo narrar un amago de experiencia similar vivida en mis propias carnes.
Fue en Barcelona, en una ocasión en que ingenuamente me disponía a presentar un manuscrito para un concurso literario. Y digo ingenuamente porque luego, alguien que conoce bien estos tinglados me comentó que es inútil presentarse a esas convocatorias, que el 90% de los premios están concedidos de antemano. En fin, ingenuo de mí…
Antes de entregarlo, fui a uno de esos workcenters para fotocopiar las 80 páginas del relato. La dependienta era una argentina un poco torpe manejando las máquinas, pero que estaba bastante buena. En cuanto vio el título en la portada y algunas frases sueltas empezó a hablarme de
Entonces llegó al mostrador una clienta, aún más imponente que la dependienta. Por alguna razón me recordó a las esculturas de los templos de Khajuraho, tenía un cierto aire insinuante y lánguido por el estilo. Ya digo que la argentina no era muy ducha en su empleo; Iba haciendo las copias por montoncitos, y los iba dejando encima del mostrador según los terminaba. La clienta los ve, y me pregunta con tono sugerente, voz acaramelada:
- ¿Eres escritor?
Y yo:
- No, qué va. (glups!)
Ella insiste:
- ¿Vas a publicar un libro?
Y yo:
- No, no, es para presentarlo a un concurso.
- Aahh, qué interesante.
- Sí (doble glups!)
No recuerdo muy bien qué pasó a continuación, creo que a ella le sonó el móvil, o entró un grupo grande de gente en la tienda, o algo así. El caso es que ella se alejó un poco, la argentina terminó de hacer las copias, pagué, cogí el taco de hojas y salí pitando, porque veía que no llegaba a tiempo.
Aún le dije adiós a la la cortesana khajurahense, me contestó con una sonrisa:
- Suerte.
- Gracias.
3 Comments:
Creo que lo flipas un poco. Lo de pasar un flirteo con una argentina en una fotocopiadora como un argumento de porqué los exitosos triunfan más con las mujeres es de un morro que te cagas.
Lo primero, tú no tienes éxito.
Lo segundo, no te ha pasado lo que al Liszt.
Lo tercero no confundas amabilidad con que seas un latin lover.
Vaya entrada más interesante la de menéame. Cada vez peor. Y tú, escritor, get over it y no flipes tanto. El del banjo de la banda de esprinstin a lo mejor se subió a dos putas.
Por qué a las pavas les molan los exitosos? Pues porque para ser exitoso hay que ser más que los demás: más listo, más guapo, cantar mejor, tener más huevos, más carisma, o lo que sea, pero hay sobresalir de la mediocridad.
Hala! Hay tienes en 3 líneas algo que merece la entrada de menéame y no tu pestoso post.
Hala, adios.
Vaya comentarios... sois unos envidiosos.
Está claro que los escritores ligan más que el resto.
A todo esto, dónde se consiguen las putas que van a conciertos de Springsteen?!?
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